Tierra, mujer, madre, diosa… esa es la Pachamama. Es la tierra madre en el sentido más profundo, más completo y diverso. Literalmente “Pacha” viene del aymara y quechua y significa tierra y, por extensión “mundo”, “cosmos”. “Mama”: madre -es decir “Madre Tierra”, es la gran deidad entre los pueblos indígenas de los Andes Centrales de América del Sur.
La tradición de los pueblos originarios describe a la Pachamama como una mujer de baja estatura, de grandes pies y sombrero alón. Madre de los cerros y de los hombres. Cuando decimos Pachamama, decimos tierra, espacio, tiempo, universo, decimos en fin, nosotros, todo…
Porque no están y no estamos solos, porque la tierra es hogar, espacio de miles de millones de seres humanos, casa que sufre y nos sufre, que habitamos y nos habita, que nos respira en lo más luminoso y en todas las sombras que somos.
La caña con ruda se bebe en ayunas y en general en tres sorbos, aunque también la ingesta se realiza en siete sorbos o de un trago largo. Se toma en agosto, mes que en que aumentaban las muertes en la población por el frío y las lluvias. «Julio los prepara y agosto se los lleva», decía el refrán.
Celebremos y respetemos a la madre tierra. Pidamosle, que ella nos da. Pero nunca olvidemos de agradecerle.