Empezando mil y un veces este artículo me pregunte que escribir. Y pensándolo bien, decirle feliz día a un animal no tiene sentido alguno. Ellos no entienden. Ellos simplemente nos brindan su confianza, su compañía y su amor sin pedir nada a cambio. Hasta nos dejan hacer con su casa (entiéndase al planeta como esta casa) lo que nosotros querramos.
Entonces una buena forma de celebrar este día es creando conciencia, aprovechando y empezando a cuidarlos, protegerlos y tomar una actitud de padrinazgo con ellos. No son solo los domésticos, animales. Sino también aquellos que, gracias a dios, el hombre no pudo domesticar.
Muchas personas sienten que deben defender a los animales porque aunque ellos sienten dolor y sufren tal como nosotros, no tienen manera de expresarlo. De hecho, los animales son considerados por muchos nada más que un objeto que puede ser tratado como lo desee su propietario.
El Día del Animal, ya sea local o internacional (4 de octubre) brinda una ocasión para celebrar y apreciar nuestra relación con los animales que comparten con nosotros nuestro planeta y recordar las maneras en que ellos enriquecen nuestras vidas.
También nos da una importante oportunidad de hablar abiertamente sobre la imperativa necesidad de tratar humanitariamente a los animales de granja y de abogar por la protección del hábitat de los animales salvajes así también como recordar el respeto debido a los animales que trabajan y la responsabilidad para con nuestras mascotas.
Y siempre en este día se me viene una frase de Anatole France que les quiero compartir:
“Hasta que no hayas amado a un animal, una parte de tu alma estará dormida.”